En este momento estás viendo La dieta mediterránea: ¿Cómo puede ayudar al cáncer?

La dieta mediterránea: ¿Cómo puede ayudar al cáncer?

Recuerdo un frío día de noviembre del año 1988 cuando mi madre nos llevó a la cocina de casa con mi padre y nos dijo que tenía cáncer de mama. En ese momento yo sólo tenía 15 años. Tras pasar por cirugía, quimioterapia y radioterapia, finalmente murió a los 5 años con sólo 44 años de edad. Tras este acontecimiento vital en mi vida, me he dedicado siempre a buscar cual es la causa primaria del cáncer. He leído siempre todo lo que ha caído en mi mano al respecto y los resultados realmente son muy sorprendentes, hasta el punto en que con 40 años me hice nutricionista.

En enero del 2018 a mi padre le diagnostican un cáncer con 69 años. De repente, estando en consulta de oncología, todos los recuerdos de lo que pasamos con mi madre volvieron a mi cabeza. La doctora, una joven oncóloga nos daba el diagnóstico, “tu padre tiene cáncer”. Aquellas palabras retumbaron en mi cabeza y a pesar de que la doctora fue muy amable y comprensiva conmigo, no pude evitar echarme a llorar, pensando en lo que le esperaba. Pero la doctora me decía que no me preocupara, que la ciencia había avanzado mucho y que todo iría bien. Lamentablemente, después de 2 años, el pasado 5 de septiembre mi padre falleció.

No voy a entrar en si los tratamientos contra el cáncer son adecuados o no, porque no soy oncóloga y nada tengo que decir al respecto. La doctora que trató a mi padre fue muy amorosa con nosotros y estoy segura de utilizó las mejores herramientas terapéuticas que tenía a su disposición, es decir, cirugía, quimio y radio. Pero yo me pregunto, ¿esto es todo lo que podemos ofrecerle a un paciente oncológico?

El origen del cáncer: matar moscas a cañonazos

Cada vez existen más evidencias de la relación que tiene la alimentación y nuestra salud, concretamente en lo referido a la prevención del cáncer.

Y aquí un dato demoledor, que cuando lo leí me quedé perpleja: según datos de la OMS sólo entre un 5 y 10 % de los cánceres tienen origen genético o hereditario, esto significa que entre el 80-90 % de los cánceres son de origen ambiental ¿cómo puede ser esto? ¿Significa que el 80-90 % de los casos de cáncer se podrían evitar? Sí, es exactamente eso.

Esto abre una ventana de oportunidad para los enfermos de cáncer, donde ya se sabe que, cambiando nuestros hábitos de vida, como mínimo, podríamos prevenirlo. Sabemos que la alimentación, un poco de ejercicio, reducir nuestro nivel de estrés, evitar hábitos tóxicos como el tabaco o el alcohol, pueden ser determinantes a la hora de reducir nuestras posibilidades de padecer esta enfermedad.

Podemos empezar por comer más saludable, ya que la OMS estima que un 30-35 % de los cánceres, están directamente relacionados con la alimentación. Este hecho es alentador, dado que una alimentación saludable puede ser preventiva en determinados tipos de cáncer.

Este punto me sorprendió todavía más. Cada vez que voy al médico de cabecera, que afortunadamente voy muy poco o casi nunca, porque suelo cuidarme mucho, me recuerda que tengo que hacerme mamografías porque soy personal de riesgo, pero nadie me recuerda que coma más sano, ni que haga ejercicio, ni que no me estrese demasiado. Es decir, nos enfocamos en el 10 % de las causas hereditarias y pasamos por alto el 80-90 % del resto de causas, que precisamente son las más importantes.

El poder está en uno mismo, la responsabilidad de tener una buena salud es nuestra

Puedo enfocar mi vida de dos maneras. Enfocándome en que tengo un 10 % de posibilidades de tener un cáncer de origen hereditario dada mi historia familiar, o un 90 % de probabilidades de no tener cáncer, sencillamente porque tomé la decisión de cuidar mi salud y mis hábitos de vida. Creo que la decisión es fácil, ¿no creen?

En el caso de mi padre, en estos últimos 2 años, nadie le ha preguntado qué comía, ni qué hábitos de vida llevaba, si hacía un poco de ejercicio o si alguien le ayudaba a trabajar sus emociones de tristeza o enfado. Creo que estos datos son cada vez más importantes como para no tenerlos en cuenta.

Está sobradamente demostrado que los alimentos refinados, los procesados, las grasas saturadas, la bollería industrial, no ayudan nada al metabolismo y mucho menos al cáncer. Sin embargo, cuando vas a los hospitales es precisamente lo que te dan para comer, ¿tiene esto sentido?

Yo le decía a mi padre que dejara de tomar bollería por las mañanas o que cambiara el pan blanco por el pan integral, que dejara de tomar alcohol, que tomara más fruta y verdura, que dejara de tomar panceta y oreja frita, que le encantaban. Pero nadie es profeta en su tierra y menos en su familia. El argumento que él tenía para rebatirme era que, si dejar de comer estos alimentos curara el cáncer, la doctora ya se lo habría dicho. Y él seguía comiendo lo mismo, tan campante.

¿Por qué desde el sector sanitario no se le presta atención a la nutrición si está demostrado que un 30-35 % de los cánceres está directamente relacionados con nuestra alimentación?

Ahora por fin, el Ministerio de Consumo, reconoce lo que tantos profesionales de la nutrición llevamos denunciando durante tantos años, que el azúcar no es un alimento saludable, ni necesario, y que además está totalmente relacionado con el sobrepeso y la obesidad.

La dieta mediterránea y el cáncer

Tenemos que valorar el regalo que nos ha hecho la vida por el hecho de haber nacido en la zona del mediterráneo.

La dieta mediterránea es considerada como uno de los patrones dietéticos que más beneficios aporta a nuestra salud. Se asocia evidencia en la prevención del riesgo cardiovascular, obesidad, síndrome metabólico y cánceres entre otros.

Concretamente, se ha relacionado la dieta mediterránea con una menor incidencia de cáncer de colon, endometrio, mama y próstata. El patrón de la dieta mediterránea se caracteriza por:

  • Alto consumo de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos, pescado y aceite de oliva.
  • Bajo consumo de carnes rojas, carbohidratos refinados, grasas saturadas, productos lácteos.
  • Consumo moderado de alcohol.

Los efectos beneficiosos están relacionados probablemente con el aporte de ácidos grasos en una proporción adecuada omega3/omega6, ácidos grasos monoinsaturados, polifenoles, fibra, antioxidantes, etc.

Algunos alimentos anticáncer” de la dieta mediterránea

Los principales nutrientes en los alimentos presentes en la dieta mediterránea y que pueden tener efectos beneficiosos en la prevención de cáncer son:

  • La fibra alimentaria
  • Vitaminas y compuestos antioxidantes: vitaminas C, E y carotenoides (betacaroteno y licopeno).
  • Minerales como el hierro, calcio, zinc, selenio, magnesio, cobre.

Otros compuestos como: ácidos grasos omega 3, compuestos fenólicos (antocianinas, quercetina, ácido elágico), compuestos que contienen azufre, fitoesteroles, isoflavonas.

Algunos alimentos “anticáncer” que contienen estos nutrientes son: las crucíferas (brócoli, coliflor, etc.), el tomate, el ajo, la cebolla, las verduras de hoja verde, las setas, los cítricos, la uva negra, el vino tinto, los frutos rojos, la granada, las manzanas, los frutos secos, las semillas, las legumbres, los cereales integrales y como no, nuestro extraordinario aceite de oliva.

El cáncer tiene solución

A lo largo de mi vida de buscadora, he conocido a muchas personas que afortunadamente se han curado de un cáncer, y esto, generalmente suele suponer hacer cambios importantes en sus vidas. Tomar conciencia de qué es lo que nos está haciendo daño, bien sea de origen nutricional, psicológico o ambiental, puede ser lo que marque la diferencia entre las personas que viven y las que no lo consiguen, ya que son el 80-90 % de las causas, ¡nada menos!

Me sorprende ver en consulta, cómo muchas personas no saben cocinar, y además no tienen ninguna intención de aprender, porque están tan acostumbradas a comer cualquier cosa, o precocinados, que no se plantean guisar un sencillo y fácil plato de lentejas. Cocinar es muy fácil y si nos organizamos bien, nos ahorra mucho tiempo y nos puede cambiar la vida dándonos una libertad extraordinaria para llevar una vida mucho más saludable.

La comida es nuestro combustible, y al igual que cuidamos al coche dándole combustible de buena calidad, también tenemos que cuidar a nuestro cuerpo. Tal como decía Hipócrates, Que tu alimento sea tu medicina, y que tu medicina sea tu alimento”.

Comer más sano, cocinar con amor los alimentos que comemos cada día, hacer un poco de ejercicio, respirar, rebajar el nivel de estrés, realizar acciones encaminadas a valorar nuestra salud, a amarnos a nosotros mismos y, en definitiva, a conectarnos con la vida.

la-dieta-mediterranea-en-la-prevencion-del-cancer-nuria-martinez-nutricionista-huesca

Descarga Gratis

LA DIETA MEDITERRÁNEA EN LA PREVENCIÓN DEL CÁNCER