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Si quieres perder peso, deja de hacer dieta

¿Qué ocurre el día de antes cuando vas a la consulta del nutricionista para que te ponga una dieta? Arrasas todo lo que hay en la nevera porque sabes que vienen tiempos de restricción. ¡agárrate que vienen curvas! Como diría mi madre.

El cuerpo que es muy sabio, en el momento que le dices que vas a hacer “dieta”, se arruga como una pasa y te dice, ¡otra vez me vas a hacer pasar hambre! En ese momento se activa la alarma del estrés y el metabolismo se hace más lento, porque sabe que no tendrá tanta comida disponible. Luego nos quejamos en consulta de que tenemos el metabolismo lento. Normal, ¡si llevas toda la vida a dieta!

En mi consulta la palabra “dieta” está prohibida. Después de estar toda la vida a dieta, le cogí tanta manía a esta palabra, que ¡sólo de oírla ya me estreso!

No se puede sostener una alimentación sobre la base de la restricción, porque es imposible mantenerla en el tiempo. Pierdes 10 kilos y recuperas 15, porque realmente no has llegado al origen del problema, y por el camino has destrozado tu metabolismo. Queremos soluciones rápidas, para problemas que llevamos arrastrando toda una vida.

Llega un momento en el que tienes que decidir si vas a estar toda la vida a dieta, o vas a poner el foco realmente en por qué tienes el sobrepeso y resolver el problema.

Perder peso es muy fácil, pero requiere un proceso consciente de por qué como lo que como, y aquí no sólo entran factores físicos, sino emocionales y hasta espirituales.

Saber qué alimentos nos sientan bien y ver el porqué de nuestras decisiones alimentarias, marca la diferencia. Nada está prohibido, pero hemos olvidado escuchar al cuerpo. El acto de comer que tendría que ser desde el placer, pero se ha convertido en un trámite al que no damos importancia. Comemos como pavos, sin masticar, sin tiempo, con la tele o con el móvil, de pie, de cualquier manera. Incluso a veces, usamos alimentos aun sabiendo que nos van a sentar mal.

Necesitamos recuperar el arte de nutrir nuestro cuerpo, comiendo desde el placer y no desde la culpa. Las reglas en las que se basan las dietas nos alejan de escuchar al cuerpo.

Establecer una relación más amorosa con nuestro cuerpo es la base para perder peso, pero nos hemos desconectado tanto de nuestras sensaciones, que le damos más autoridad a alguien externo, que a nuestro propio sentir interno.

Llevas toda la vida a dieta, no hay problema en que te lleve unos meses conseguir tu peso deseado. Pero será algo que conservarás para el resto de tu vida. No necesitarás nunca más a nadie que te “ponga a dieta”, porque tú ya sabrás lo que tu cuerpo necesita.

El peso ideal no tiene que ser el que marca una tabla científica, sino, el que te haga sentir bien. Si exigencias, sin prisas, desde la calma que te lleve a tu propia observación. Soltando lo que ya no te sirve y conectando con tu parte más íntima y hermosa.

Elige un profesional que te lleve de la mano, que te guíe de forma amorosa hasta tu meta, que te ayude a liberarte de las dietas y de las culpabilidades para siempre.

Este es un gran viaje de vuelta hacia ti, ¿te apuntas?