En este momento estás viendo Somos lo que comemos: cambia tu vida cambiando tu alimentación

Somos lo que comemos: cambia tu vida cambiando tu alimentación

Con todo mi amor a los enfermos de cáncer, para que encuentren en la buena alimentación esa luz que les permita seguir brillando en la vida.

Nos han hecho creer que la nutrición es una cuestión de comer contando las calorías y si comes más de lo que debes engordas, y si no, adelgazas. Esta visión tan reduccionista de la nutrición y de la vida, hace que finalmente nunca resolvamos los problemas que tenemos con la comida. La comida es un disfrute de la vida y en muchos casos se ha convertido en una pesadilla.

La nutrición tradicional nos trata como si fuéramos estufas, a las que se les mete combustible y vamos quemando calorías sobre la marcha. Da igual que esta caloría venga de un donut como de un plato de lentejas. Esto no tiene ninguna lógica, porque hay personas que comen muchísimo y no engordan, aunque se lo propongan, y hay personas que engordan con un vaso de agua. Por tanto, ¿tiene el planteamiento anterior algún sentido? Bajo mi punto de vista, ninguno. Cada persona es única y diferente con lo que la alimentación será personalizada en cada caso.

¿No será que la nutrición es algo mucho más complejo?

Realmente sí, la nutrición es algo mucho más grande, muy fácil y muy difícil al mismo tiempo. La nutrición es muy fácil, pero con tanta intoxicación informativa la han convertido en algo muy difícil, tremendamente complicado, que si carbohidratos, que si proteínas, que si grasas saludables y no saludables, hoy en día todo el mundo sabe de nutrición. Hay estudios científicos totalmente validados que afirman una cosa y otros la contraria, la ciencia se contradice constantemente y así no hay quien se aclare.

La nutrición fácil es la que hacía mi abuela

A ella nadie la engañaba porque ella sabía que un plato de garbanzos con verduras le sentaba bien al cuerpo, y no recuerdo que me dijera que tenía gases, ni hinchazón, y le sentaban de maravilla. Si mi abuela viviera en este momento, no sabría qué comprar, porque la industria alimentaria lo ha manipulado todo, estanterías llenas de paquetes, plásticos, y llenos de aditivos, azúcares, barritas, batidos, esto es una locura, que, además, complica muchísimo una buena nutrición y nos mantiene enfermos.

Recuerdo que mi abuela y posteriormente mi madre, siempre iban al mercado a comprar los productos frescos y no recuerdo ver en mi casa cuando era pequeña, ni un triste bote de Nocilla. A veces mis amigos del cole llevaban bocadillos de Nocilla y a mí se me saltaban los ojos, pero mi madre me decía que “eso eran porquerías porque picaban los dientes”. Algo de razón tendría la mujer cuando hoy a mis 47 años, con dos hijos y dos lactancias de más de un año cada una, tengo los dientes perfectos, salvo tres empastes en toda mi vida. Mi hermana también tiene una dentadura perfecta.

En mi práctica diaria, trato de comprar los alimentos frescos, yendo a la frutería, pescadería y carnicería del barrio. Si son ecológicos, de temporada y de la zona, mejor. Olvídate de comprar productos frescos de los supermercados. El supermercado es para comprar el papel higiénico, cuatro latas de conserva y los polvos de lavar, como mucho.

Necesitamos simplicidad, porque todo es mucho más fácil.

Olvídate de las calorías y de los nutrientes, es hora de que empecemos a darnos cuenta del efecto tienen los alimentos en nuestro cuerpo, ver qué tal nos sienta lo que comemos. Para ello, es necesario reconciliarnos con la llama y volver a dar lugar a la cocina en nuestras vidas.

No puede ser que pensemos que cocinar media hora cada día para preparar nuestros alimentos es una pérdida de tiempo. Nada más alejado de la realidad, es la mejor inversión en salud que podemos realizar. Cuando alguien en consulta me dice que “no tengo tiempo para cocinar”, me encanta ayudar que para pueda organizarse bien en la cocina, con sólo dos o tres veces por semana. ¡Y es que además es muy fácil!

Escuchar al cuerpo y darle en cada momento lo que necesita, es la libertad más grande que puedes tener en la vida, porque te abre la puerta de la salud y la vida. Realmente, no se le da a la salud el valor que tiene hasta que se pierde.

Cuando comes sano y energético, alimentos llenos de vitalidad y cocinados para que tengan un determinado efecto en el cuerpo, éste lo agradece con creces. Dale a tu cuerpo la oportunidad de sanar, y de regalo, te darás cuenta de que tienes mucha más energía y vitalidad que nunca.

Con una buena alimentación, se pueden mejorar e incluso resolver de forma muy sencilla, problemas como el sobrepeso, la diabetes, el colesterol alto y los infinitos problemas de salud relacionados con la alimentación, incluido el cáncer. La misma OMS reconoce que el 35 % de los cánceres están relacionados con una mala alimentación.

Cosas tan sencillas te pueden cambiar la vida y encontrarte mucho más feliz.