¿En qué consiste la Dieta Mediterránea?
El mejor ejemplo que tenemos al respecto de una alimentación saludable es la Dieta mediterránea, que es la que han llevado nuestros ancestros durante siglos. Además, tiene evidencia científica en la prevención de enfermedades cardiovasculares.
La dieta mediterránea, es principalmente vegetariana. No prima el consumo de carne, sino que se decanta principalmente hacia productos de origen vegetal. Consiste en:
- Consumir diariamente:
- Legumbres: lentejas, garbanzos, judías, etc. Son las principales proveedoras proteína vegetal. Han de ser remojadas y cocinadas adecuadamente para que no causen molestias digestivas.
- Hidratos de carbono (integrales): pan integral, pasta, maíz, cebada, centeno, mijo, quinoa. Son la fuente principal de azúcares de buena calidad y garantía de energía estable durante el día. Como son integrales también tienen fibra, vitaminas y minerales.
- Verduras y hortalizas: de hoja verde (brócoli, judías verdes, acelgas, espinacas, apio, alcachofas, etc.), y raíces (rábanos, zanahorias, cebollas, etc.). Son ricas en vitaminas, minerales, fibra y tienen un efecto antioxidante.
- Frutas: fuentes de hidratos de carbono, vitaminas y minerales. Tienen efecto antioxidante.
- Frutos secos y semillas: nueces, almendras, avellanas, pipas de girasol, calabaza, semillas de sésamo, son fuentes de grasas naturales. Además, contienen vitaminas y minerales. Por ejemplo, las almendras o el sésamo tienen más calcio que la leche de vaca.
- Aceite de oliva virgen extra: ideal como la principal aportación de grasas al organismo.
- Consumir alguna vez por semana:
- Huevos: gran fuente de proteínas y colesterol. Sus aminoácidos están en una proporción idónea para el organismo. Prescindir si se padecen enfermedades hepáticas o colesterol elevado.
- Consumir alguna vez al mes:
- Carne: aunque contiene vitaminas y minerales, tiene exceso de grasas saturadas y colesterol, con lo que reduciremos su consumo al máximo. La carne blanca se podría situar en la misma proporción que los huevos (pollo, pavo), pero la carne roja está desaconsejada, reduciendo la proporción máximo a una vez al mes.
- La carne de cerdo y embutidos están totalmente desaconsejados.
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¿Por dónde podemos empezar el cambio a una alimentación principalmente vegetariana?
Todos los grandes cambios empiezan con un primer paso, y tienen que darse poco a poco. Iremos adoptando el paso siguiente, siempre que hayamos avanzado en el paso anterior:
- Empezar a utilizar proteína vegetal. Cocinarla de forma suculenta. Conocer cuáles son las proteínas vegetales y aprender a cocinarlas: Las proteínas vegetales son principalmente las legumbres, pero además podemos utilizar tofu, seitán (no para celiacos), tempeh, que son alimentos que contienen proteínas de extraordinaria calidad.
Este paso es muy importante, porque si no se hace correctamente no podemos hacer el cambio al siguiente paso. A veces dejar de comer carne nos deja sin energía, pero el problema es que tenemos que aprender muy bien a cocinar la proteína vegetal, eso requiere que volvamos a los fogones.
- Reducir y posteriormente evitar el uso de la proteína animal
- Introducir cereales integrales: arroz, trigo, maíz, trigo sarraceno, quinoa, aportan hidratos de carbono y fibra. Energía estable y duradera.
- Evitar azúcares refinados, bollería, estimulantes tales como el café, chocolate, bebidas de cola, alcohol. Lado amargo del azúcar.
- Aprender a cocinar verduras dulces, para que nos den el dulzor que necesitamos diariamente (zanahorias, calabaza, cebolla, …)
- Aprender a cocinar verduras de hoja verde, dado su alto contenido en fibra, limpian y depuran el organismo.
- Vitaminas y minerales: en frutas y verduras.
- Variedad en estilos de cocción, en colores, en sabores, texturas, simplicidad en la cocina.
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¿Qué es cuidar nuestra alimentación?
Atender a nuestros tres cuerpos: físico, mental y emocional. A veces no comemos porque tengamos hambre, sino porque llegamos cansados y estresados a casa y nos apetece chocolate. Es nuestro cuerpo emocional el que nos pide el chocolate, porque nuestro cuerpo físico realmente no lo necesita. Distinguir el hambre real, del hambre emocional.
Esto requiere un cierto nivel de autoconocimiento, saber cuáles son los alimentos que nos sientan mejor, o peor, y ver en qué momento comemos y por qué.
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¿Cuál es la mejor alimentación?
Hay infinidad de teorías nutricionales, y además totalmente opuestas. El problema es que no todo funciona para todo el mundo, ya que nuestra constitución es diferente. A lo largo de mi experiencia de vida, creo que lo importante es saber qué es lo que necesita nuestro interior, aprender a escuchar a nuestro cuerpo y adaptar nuestra alimentación a lo que mejor le siente, porque no hay dos personas iguales.
¿Qué sentido tiene comer ensalada en invierno, cuando un caldo nos da más calor interior?
Conclusión: Alimentación, fácil, sencilla, con sentido común y mucho amor.