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En primavera: depura por dentro y brilla por fuera

La primavera es tiempo de soltar y tirar lo que ya no nos sirve. Después del invierno, es tiempo de abrir y depurar. El hígado es el órgano protagonista en esta historia. Una depuración hepática en primavera nos puede ayudar para mejorar los síntomas típicos de un hígado bloqueado y sobrecargado. Algunos de estos síntomas son:

  • Migrañas y dolores de cabeza frecuentes.
  • Cansancio y baja energía durante el día.
  • Dificultad para digerir las grasas.
  • Manchas en la piel y acné.
  • Insomnio y despertarse sobre las 3 de la mañana.
  • Irritabilidad y enfado con facilidad.

Hacer una depuración hepática es como hacer un reset, poner nuestro cuerpo listo para funcionar con más eficacia y energía.

No confundir una depuración con una dieta extrema, ni nada por el estilo. Las dietas de la alcachofa, de la piña y todas estas modas, son como atajos que buscan provocar una pérdida de peso rápida, pero es imposible sostenerlas en el tiempo, con lo que no tienen sentido si luego sigues comiendo lo mismo. Hemos pasado hambre durante unos días y no hemos aprendido nada.

Sin embargo, una depuración es un proceso más respetuoso y amoroso. Consiste en apoyar al hígado para potenciar sus funciones depurativas y tienes muchas más posibilidades de mantenerlas en el tiempo. Tu hígado estará reforzado revitalizado, tendrás mucha más energía disponible y probablemente habrás reducido alguna talla.

A modo de ejemplo, os pongo los cuatro pilares donde se fundamenta una buena depuración:

  • Eliminar o reducir alimentos que sobrecargan, bloquean, debilitan e inflaman el hígado. Bajo la filosofía lógica de “no limpia más el que más limpia, sino el que menos ensucia”. Estos alimentos son entre otros: pan, galletas, pizzas, sal refinada, quesos curados, carne roja y embutidos, alcohol, café, bollería, bebidas azucaradas, zumos industriales, etc.
  • Aumentar el consumo de los alimentos que limpian y depuran suavemente. Estos alimentos son las verduras y las frutas en su justa medida.
  • Evitar e incorporar hábitos de vida que no dañen al hígado. Estos hábitos pueden ser tan dañinos como comer de forma poco saludable. Estos hábitos son:
  • No cenar más allá de las 9 de la noche.
  • Beber suficiente agua para facilitar la eliminación de toxinas.
  • Hacer un poco de ejercicio suave, como caminar, también facilita el proceso de depuración.
  • Evitar ayunos prolongados de más de 24 horas.
  • Cuidado con el estrés. Encontrar momentos para relajarnos y estar tranquilos.
  • Toma el control de tus emociones. En este aspecto, me baso en la macrobiótica y en la medicina tradicional china, que dicen que cada órgano está relacionado con un mundo emocional, que muchas veces influye en el desequilibrio de ese órgano. Tanto una mala alimentación, como una deficiente gestión emocional, pueden hacer que un órgano funcione mal. El hígado es un órgano que en equilibrio representa encontrar sentido y dirección en la vida, potencia para realizar tus proyectos, alegría, flexibilidad, paciencia. Sin embargo, un hígado bloqueado o desequilibrado nos paraliza. Hace perder la dirección y el sentido a la vida, somos mucho más irritables, con poca paciencia, con ira e inflexibles.

En la vida, las cosas tienen que ser fáciles y una depuración es un inicio muy sencillo hacia un cambio de hábitos más saludables. Los cambios rápidos no duran, pero los cambios lentos y hechos con conciencia son mucho más efectivos y pueden cambiarte la vida.